Clarisas de Santa Cruz de Córdoba
Nuestra comunidad, formada por hermanas de diversos países, trabaja y goza la riqueza multicultural.
Reconocemos, como Francisco nos cantaba (Escuchad pobrecillas por el Señor llamadas, de diversas partes y provincias congregadas), que los hermanos y las hermanas son un don del Señor, un regalo que a veces se presenta pobremente envuelto. La fraternidad se nos ofrece como don de Dios y tarea personal a realizar, y es algo maravilloso descubrir día a día el esfuerzo y empeño de cada una por ir dando solidez a este edificio que entre todas formamos. México, Colombia, India, Ávila, Extremadura,… cuánta riqueza puesta al servicio de una edificación tan hermosa como es la vida en Comunidad. Cuántas formas tan diferentes de hablar, de comer, de trabajar, pero al orar… nos afanamos por ser un solo corazón que se eleva en plegaria agradecida y ofrecida.
